"Cuanto menos se lee, más peligroso le resulta a la gente eso que lee"
(Miguel de Unamuno)
(Miguel de Unamuno)
El "Padre Nuestro" en griego
Ciertamente el documento cristiano por excelencia, es la oración llamada "Padre Nuestro". Algunos estudiosos lo han llamado: "El Testamento" de Jesús. Es la oración de Jesús, dirigida al único a quien él nos enseña que se le debe orar (al Padre). Junto con las bienaventuranzas, es el programa de vida de todo aquél que libremente decide ser discípulo de Jesús. Tan cierto es esto que durante los tres primeros siglos de cristianismo, la oración estaba reservada públicamente sólo a aquellos que se habían bautizado, es decir, a quienes ya habían hecho opción por Jesús comprometiéndose a trabajar por construir la sociedad que él vino a instaurar: el Reino de Dios, para encarnarlo en esa comunidad fraterna llamada "ekklesía" (iglesia). En los evangelios hay dos versiones del "Padrenuestro", la de Mateo (Mt 6,9-13) y la de Lucas (Lc 11,2-4). Aquí reproducimos la de Mateo por ser la más completa y la más apegada a cómo la oramos en nuestros días. A la izquierda está el texto original griego, al centro la transliteración o cómo se pronuncia, y a la derecha la traducción al español.
Griego originalΠάτερ ἡμῶν ὁ ἐν τοῖς οὐρανοῖς ἁγιασθήτω τὸ ὄνομά σου· ἐλθέτω ἡ βασιλεία σου· γενηθήτω τὸ θέλημά σου, ὡς ἐν οὐρανῷ καὶ ἐπὶ τῆς γῆς· τὸν ἄρτον ἡμῶν τὸν ἐπιούσιον δὸς ἡμῖν σήμερον· καὶ ἄφες ἡμῖν τὰ ὀφειλήματα ἡμῶν, ὡς καὶ ἡμεῖς ἀφίεμεν τοῖς ὀφειλέταις ἡμῶν· καὶ μὴ εἰσενέγκῃς ἡμᾶς εἰς πειρασμόν, ἀλλὰ ῥῦσαι ἡμᾶς ἀπὸ τοῦ πονηροῦ. ἀμήν. |
TransliteraciónPáter hemón, ho en tois ouranoís hagiastheto to ónomá sou; eltheto he basileía sou; genitheto to thélemá sou hos en uranói, kai epí tes ges; ton arton hemón ton epiousion dos hemín sémeron; kai aphes hemín ta opheilémata hemón, hos kai hemeís aphíemen tois opheiletais hemón; kai me eisenenkeis hemás eis peirasmón, allá rhusai hemás apó tou poneroú. amín. |
TraducciónPadre nuestro que [estás] en los cielos, santifíquese tu nombre; venga tu reino; hágase tu voluntad como en el cielo también sobre la tierra nuestro pan cotidiano dánoslo hoy. Y cancela nuestras deudas, como también nosotros cancelamos a nuestros deudores. Y no nos dejes caer a la tentación, sino líbranos del mal. Amén |